Días 8 y 9 :: Ruta y Casa de la Cascada


Nos vamos de New York a Washington DC en ómnibus. Pasamos la noche en Maryland. Alquilamos autos. Conocemos la Casa de la Cascada. Seguimos ruta a Chicago.



DÍA 8


Sábado 9 de mayo de 2009


Este día es más que nada de ruta y organización, e incluye decisiones, discusiones, y luces en el camino… Tony e Ivonne.
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¿CÓMO SEGUIMOS?


A lo largo del viaje hay días en los que tenemos que estar en un lugar sí o sí. En 6 días tenemos nuestro próximo vuelo desde Chicago, y estamos a 1.500 kilómetros.


Luego de largos debates, decidimos no ir a Boston, y así conocer la Casa de la Cascada de Frank Lloyd Wright, de camino a Chicago.


Por los elevados precios en el alquiler de vehículos en New York, decidimos ir a Washington DC en ómnibus, y ahí alquilar a menor precio.


VIAJE EN BUS
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El bus sale del Barrio Chino de New York, y casi lo perdemos, es que salimos justos de tiempo, y no es tan fácil moverse en transporte público con todo el equipaje a cuestas.


Ya estamos ubicados, y para nuestra fortuna el bus es cómodo, y tiene wifi (serán alrededor de 5 horas de viaje). El chofer ¡es un show!.


En el camino se hace una parada, y antes de dejarnos bajar se para al frente y nos grita (en inglés): “son 15 minutos y si llegan tarde, desde ya se los digo, no tengo problema en dejar a alguien, así que 15 minutos o ¡se quedan acá!”.


Cuando me bajo le grito: “tengo hambre así que no me dejes que ya vengo”. Como buenos uruguayos, sabemos que esos 15 minutos representan un peligro para nuestra continuidad en el bus, pero lo logramos, volvemos a tiempo.


En el trayecto me pongo a conversar con mi compañera de asiento, estoy feliz, nunca había tenido una conversación en inglés, y luego de unos minutos ya agarro ritmo. Me pasa buena información de la ciudad, y algún buen pique para seguir.


La terminal del recorrido es una plaza. Al llegar nos sacamos fotos con el chofer, y él empieza a gritar: “Where is the cheeseburger girl?! Where is she!” (¿dónde está la chica de la hamburguesa de queso?), otro momento muy divertido (ni idea quién toma la foto).


TONY
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Ya en la plaza nos ponemos a charlar con Tony, una señora muy simpática y servicial que viajaba con nosotros. Al contarle nuestra situación con los autos, nos cuenta que su hija hizo un viaje académico hace poco tiempo, y nos pide que le demos unos minutos para ver qué puede hacer.


Hace unas llamadas, nos conecta con una universidad, y nos consigue un auto con un muy buen beneficio, dado que tenemos ID de estudiante internacional. Ahora tenemos que hacer las gestiones pertinentes.


Somos 12, y necesitamos 2 autos. Como no llegamos a DC todos juntos, los que llegaron antes alquilaron un auto bastante más caro que el que nosotros conseguimos, y ya disponen de él.


Ahora nos dividimos en 2 grupos, unos cuidando el equipaje, otros solucionando lo de los autos. Pasan las horas, nos perdemos la oportunidad de conocer la ciudad, ya que cada grupo sigue en su tarea. Finalmente, tenemos que esperar al día siguiente por el segundo auto.


IVONNE
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Nuestro siguiente dilema, dónde pasar la noche. Discutimos si salir de noche (algunos se querían ir en el auto que ya teníamos), salir a la mañana, dormir en el aeropuerto, o ir a un hostel.


Ya es noche, y se nos hace el milagro. Una señora que pasa, Ivonne, nos escucha hablando en español, se acerca a nosotros y le contamos lo que nos pasa. Nos invita a dormir en su casa, en Maryland, ya que tiene un apartamento disponible (lo usaba su hijo cuando vivía con ella), y tiene lugar para todos.


Allá marchamos, repartidos en su auto y el que ya tenemos. Nos instalamos en el apartamento, y luego salimos a cenar. Como agradecimiento, entre todos pagamos su menú, claro que en McDonald’s, lo que nos podíamos permitir (sin saberlo debía agradecer que ¡no la llevamos por las hamburguesas de 1 dólar de BK!).


Con colchones en el piso y por todo el lugar, dormimos muy bien. ¡Una genia!.


DÍA 9


Domingo 10 de mayo de 2009



Vamos a buscar el auto que nos falta, y salimos temprano rumbo a la Casa de la Cascada. Luego seguimos camino a Chicago.
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Ya vamos rumbo a la Falling Water o Casa de la Cascada, obra del arquitecto Frank Lloyd Wright. Nos advierten que aún con GPS, todos se pierden, y no somos la excepción. Llegamos 15:45, y el cierre es a las 16:00.


Hacemos la visita guiada, recorremos la casa, conocemos más de su historia, sus dueños, su diseño, todos sus pormenores. No se permite tomar fotografías en el interior, y los de seguridad nos están encima, ya que no todos respetan la regla.


Por último hacemos un recorrido exterior, donde tomamos muchas fotos, ¡el lugar es increíble, no era un libro, estábamos ahí!


Estamos a 900 kilómetros de Chicago, así que ¡a darle!. Hacemos varias paradas, para cargar combustible, comer algo, estirar las piernas, o cuando pegamos los frenos de uno de los autos. Muchas personas, muchas horas, mucho equipaje, muchos cuentos que nos reservamos.


Llegamos a Chicago a la mañana siguiente, devolvemos los autos en el aeropuerto, y empezamos la aventura en la ciudad del viento.


¡Gracias por haber leído hasta acá!


Por cualquier consulta no dudes en enviar un correo a siempreplanificandounviaje@gmail.com o dejar un comentario.

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